Crimen en Recoleta. “Venía seguido al kiosco, casi todos los días”, dijo una empleada que reconoció como cliente a la víctima del asesinatoPor Camila Súnico Ainchil
Un asesinato conmocionó a los vecinos de Paraguay al 2900, en el barrio porteño de Recoleta. El kiosco al que se encaminaba anoche Fabián Sturm Jardon en el momento de recibir los disparos por la espalda permanece cerrado, con cartones cubriendo su entrada y una mujer policía custodiando la escena. Sobre el suelo, aún se distingue una mancha de sangre que marca el lugar del crimen. Desde temprano, vecinos y comerciantes se acercan al lugar para intentar entender qué ocurrió. “¿Es lo del asesinato?”, preguntan unos a otros, mientras se forman pequeños grupos que intercambian sus opiniones.